jueves, 23 de septiembre de 2010

Honestidad

Se encontraba el Gran Maestro con sus discipulos, cuando uno de ellos preguntó:

-Maestro, ¿y sobre la honestidad, qué nos puedes decir?

-Deberán aprender el Código de los 3 Totales para entenderla.

-¿los 3 Totales?

-Sí, el primero es Total Conocimiento, esto quiere decir que deberás esforzarte en conocer todo lo relativo a esa área en particular que deseas desempeñar, buscar y aprender todo lo que a ello se refiera, para poder hacerlo bien y a la primera.

-El segundo es Total Entrega, esto significa que lo que hagas o desees hacer en la vida te entregues por entero, sin reservas, dando siempre tu máximo esfuerzo.

-El tercero es Total Honestidad, al tener el Conocimiento de lo que haces y al Entregarte sin reservas a hacerlo bien, la Honestidad es consecuencia lógica de tus actos y acciones.

Recuerden siempre que nadie puede dar lo que no tiene, por ello es importante el Conocimiento, nadie tampoco puede vivir tu vida por ti, por ello es importante que te Entregues al máximo en todo lo que hagas, y, de esta manera, vivirás una vida Honesta, pues estás siendo Honesto, primero que nada, contigo.

lunes, 13 de septiembre de 2010

¿Buena o mala suerte?

A pesar de ser un campesino muy pobre, tenía un
caballo extraordinario, tan fino que el señor
del castillo quería comprárselo, pero el viejo
labriego se rehusaba a vendérselo.

-Para mí, este caballo no es solamente un animal,
es un amigo. ¿Cómo puedo vender yo a un amigo?

Una mañana el labrador entró al establo y no
encontró a su caballo. Al enterarse, los
vecinos le dijeron:

- Te lo advertimos. Debiste haber vendido el
caballo, te negaste y ahora te lo robaron.
!Qué mala suerte tienes!

El viejo hombre les respondía:

- ¿Mala, o más bien buena suerte?

Todos se burlaban de él.

Dos semanas después, el caballo regresó
seguido de una manada de potros salvajes.

Su corcel había escapado detrás de una hermosa
yegua y retornaba ahora con la manada entera
siguiéndolos.

- ¡Qué suerte! -exclamaron los vecinos.

El viejo hombre inició entonces con su hijo
la tarea de domar los caballos. Una semana más
tarde, el muchacho se rompió una pierna entrenando
a los potros.

- ¡Qué infortunio! ¿Quién lo va a relevar, si no
tiene cómo contratar a un reemplazo? -comentaron
los vecinos.

El anciano les contestó:

- ¿Mala, o buena suerte?

Pasaron unas semanas, cuando de repente el ejército
real llegó al pueblo y enlistó a los jóvenes en sus
filas.
Todos fueron enrolados excepto el hijo del viejo,
quien no les interesó, porque tenía una pierna
fracturada.

- ¡Qué suerte tienes! -le dijeron los vecinos
llorando-. A nuestros hijos se los llevaron a la
guerra y probablemente morirán, mientras tu hijo
permanecerá contigo.

Conmovido, el viejo hombre replicó:

- Buena o mala suerte, ¿quién sabe?

La vida es más rica y generosa que
nuestra imaginación. Todo lo que nos sucede, por muy
difícil y doloroso que sea, está cargado de tesoros
y posibilidades. Abre tu corazón y tu mente. Usa tu fuerza
y tu coraje para buscar lo mejor de cada situación. Así
harás más llevaderas las adversidades. Las podrás usar
para crecer y sobretodo contribuirás a tu felicidad y a
la de los tuyos.

Recuerda que no existe la casualidad... sino la causalidad,
es decir, que tú eres el que causa tu buena suerte.